En un cambio de política decisivo, Suecia ha prohibido la importación y venta de kratom, una planta del sudeste asiático con propiedades psicoactivas, a partir del 11 de marzo de 2025. Esta medida endurece las restricciones introducidas en 2016, cuando el país prohibió la planta por motivos de seguridad.
Anteriormente, Suecia clasificó la mitragynina (el principal compuesto activo del kratom) como narcótico en 1992. Sin embargo, el kratom permaneció sin clasificar hasta su prohibición de 2016, lo que permitió lagunas legales para su venta como jabón o productos similares.
Sin embargo, esta laguna legal se solucionó a principios de 2025 cuando la Agencia de Salud Pública de Suecia recomendó reclasificar la sustancia por completo. El ministro de Asuntos Sociales, Jakob Forssmed, apoyó la medida, declarando: «Ha sido muy insatisfactorio que el kratom se haya podido vender sin ninguna regulación en Suecia debido a una laguna en la legislación».
Los datos del Servicio de Aduanas de Suecia revelaron un fuerte aumento en las importaciones de kratom, que pasaron de 3 toneladas en 2019 a 42 toneladas en 2023. Mientras las naciones e instituciones vecinas lidian con su creciente popularidad, los funcionarios suecos actuaron antes de la sesión de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas en Viena, Austria.
Los riesgos del kratom se hicieron evidentes por primera vez en Suecia cuando productos contaminados, como el antiguo «Kriptón«, causaron nueve muertes. A pesar de las prohibiciones y regulaciones, las autoridades suecas siguen lidiando con la falta de estudios que midan el impacto del kratom en la adicción y el abuso de sustancias. Mientras tanto, la policía de Hälsingland ya ha incautado cantidades del producto, ahora ilegal.
Las políticas suecas sobre narcóticos han priorizado desde hace tiempo el objetivo de lograr una sociedad libre de drogas, con énfasis tanto en regulaciones estrictas como en opciones de tratamiento sólidas para las personas con problemas de consumo de sustancias. El tratamiento de la adicción en el país es gestionado principalmente por los servicios sociales y los consejos provinciales, que ofrecen centros de desintoxicación, atención residencial y terapia de sustitución de opioides. Estos servicios priorizan un enfoque centrado en el paciente, con el objetivo de rehabilitar a las personas mediante atención y apoyo personalizados.
El momento de la acción de Suecia coincide con el debate internacional más amplio sobre la regulación de las drogas. La prohibición se implementó pocos días antes del 68.º período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, celebrado en Viena (Austria). La política sueca refleja su compromiso de abordar las tendencias emergentes en el consumo de sustancias y mantener una postura estricta contra los estupefacientes potencialmente dañinos.

Si bien la prohibición representa un hito en la política sueca de drogas, persisten interrogantes sobre las implicaciones más amplias del consumo de kratom. A pesar de la creciente popularidad de la planta en Europa y otros países, Suecia aún no ha realizado estudios exhaustivos sobre sus efectos, lo que deja lagunas en la comprensión de su posible papel en la adicción o en las interacciones con otras sustancias.
Esta decisión sitúa a Suecia entre un pequeño grupo de países que han tomado medidas firmes contra el kratom. Mientras otros países debaten su regulación, el enfoque sueco podría servir de modelo —o de advertencia— para abordar el complejo equilibrio entre la salud pública, las libertades individuales y la evolución de las tendencias en el consumo de drogas.