Kratom, ONU y OMS: buenas noticias
Durante el mes de octubre de 2021, el Comité de Expertos en Farmacodependencia (CFD) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) organizó una serie de reuniones sobre la aplicación de los tratados internacionales de control de drogas: cambios en el ámbito de control de las sustancias, que produjeron como resultado un informe final con las evaluaciones, conclusiones y recomendaciones sobre diferentes sustancias. Esto significa que las sustancias analizadas y consideradas como un daño o riesgo para la salud pasarían a una revisión crítica y podrían ser incluidas en la lista de la Convención Única sobre Estupefacientes (1961) o en la Convención Única sobre Sustancias Psicotrópicas (1971) de la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).
De las siete sustancias analizadas, tres fueron catalogadas (Brorfina, Metonitazeno y Etilona). Las otras cuatro (4F-MDMB-BICA, Bencilona, Kratom -y sus numerosos alcaloides- y Fenibut) se mantuvieron bajo vigilancia, que es el mismo estatus que tenían antes de la reunión.
En términos prácticos, el hecho de que el kratom se mantenga como sustancia bajo vigilancia significa que la OMS sigue considerando que tiene potencial para causar daños a la salud pública, pero tras un análisis más detallado no hay pruebas suficientes para recomendar una revisión crítica, ya que el riesgo de abuso o dependencia es bajo, así como el alcance de los problemas sociales y de salud pública causados por él, incluso si se tiene en cuenta que hay un número importante de personas que informan haber utilizado el kratom para automedicarse de una variedad de trastornos y condiciones, incluyendo el dolor, la abstinencia de opiáceos, el trastorno por consumo de opiáceos, la ansiedad y la depresión, más allá de su utilización como medicina tradicional en algunos países.
«Mantener la legalidad del kratom es importante no solamente para quienes utilizan la planta para mejorar su calidad de vida, sino también para las investigaciones en curso para determinar su farmacología básica y el potencial valor terapéutico.»
Se estima que alrededor de 15-16 millones de personas hacen uso del kratom solo en los Estados Unidos. A esto hay que añadir algunos millones más en el sudeste asiático, de donde es originario. Como está ganando popularidad también en Europa, organizaciones como el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) han puesto la sustancia bajo su radar, pero con la publicación reciente de la ONU y la OMS del informe actual que demuestra que no hay razón para considerar el kratom y sus alcaloides como una sustancia nociva, esto podría influir en las decisiones a nivel regional y nacional.
Mantener la legalidad del kratom es importante no solamente para quienes utilizan la planta para mejorar su calidad de vida, sino también para las investigaciones en curso para determinar la farmacología básica y el potencial valor terapéutico del kratom, la mitraginina y la 7-hidroximitraginina. Según algunos investigadores, el kratom podría ser el futuro de los productos del lobby de la industria farmacéutica contra el dolor, al reemplazar el consumo de opioides en diferentes casos sin causar el mismo daño y deterioro al organismo. Por ahora, lo que vemos es la mismísima industria farmacéutica luchando contra el kratom, temerosa precisamente de perder los beneficios de su multimillonaria industria de opioides. Esperamos que el respeto por los seres humanos y sus dolencias prevalezca en esta lucha por el dinero.
Ahora que la ONU y la OMS han publicado el informe que demuestra que no hay razón para considerar el kratom y sus alcaloides como una sustancia nociva, esto debería influir en las decisiones a nivel regional y nacional.