Kratom y café
El kratom y el café pertenecen a la misma familia del reino de las plantas: las rubiáceas (Rubiaceae) y muchos de sus efectos estimulantes pueden resultar similares de acuerdo a la dosis consumida. Ambos se caracterizan por su aspecto arbustivo y crecen en áreas de clima cálido: el café especialmente en zonas de clima tropical de altitud y el kratom en las ecuatoriales y bosques tropicales de alta precipitación.
El café, como sabemos, es un estimulante extremadamente popular y globalmente legal: para ser más exacto, es una de las tres bebidas más consumidas por la especie humana en nuestra planeta, junto al agua y al té. Su alto contenido de la sustancia psicoactiva cafeína lo hace altamente estimulante y su uso está aceptado sin restricciones ya sea para socializar, despertarse, mantenerse activo, realizar actividades deportivas, etc.
El cafeto es originario de zonas altas del sur de Etiopía y hoy los cinco principales productores mundiales son Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia e India, que abastecen el mercado global, ya que durante el siglo XVII su consumo se popularizó en Europa y Estados Unidos, y de ahí ha conquistado el resto del planeta.
El kratom en dosis bajas también puede tiene ese efecto estimulante, aunque posee otras propiedades buscadas por la gente: es analgésico, sustituto o pacificador en el tratamiento de la adicción de sustancias opioides ya que actúa sobre los receptores opioides de nuestro sistema nervioso, y en dosis más altas es un relajante natural.
«Acuérdate: el potencial de adicción y de sobredosis del kratom son parecidos a los del café. El resto es propaganda, y de ciencia no tienen nada.»
Su uso es milenario en culturas tradicionales del sudeste asiático, de donde es nativo, y desde hace alrededor de veinte años su uso se ha extendido a Estados Unidos y poco a poco empieza a volverse conocido en Europa, aunque tratado de modo muy diferente del café, demonizado como una peligrosa droga en algunos países, mayoritariamente debido a intereses comerciales de protección a la billonaria industria farmacéutica de los opioides.
Así como el café, el kratom es una sustancia psicoactiva, y el potencial de adicción es muy similar en ambas, de acuerdo a estudios científicos. Asimismo, la probabilidad de una sobredosis de kratom es muy parecida a la de café: extremadamente rara. Se suele decir que junto al azúcar, el café es la droga socialmente aceptada más consumida en el mundo, junto a otras como el tabaco y el alcohol. El trato del kratom depende de una cuestión de perspectiva: se calcula que las bebidas azucaradas sean responsables directas por la muerte de alrededor de 180 mil personas por año, más allá de 4 millones de defunciones por año debido a la diabetes, en la cual se vuelve incalculable pero cierta la atribución de muchas de ellas al exceso de azúcar.
El alcohol es responsable por la muerte de alrededor de 95 mil personas por año. La sobredosis de los opioides legales mataron de 500 mil personas en Estados Unidos entre 1999 y 2019. Al kratom, consumido por alrededor de 16 millones de estadounidenses, hay números insignificantes (no llega a decenas) de incidencia en las muertes por su sobredosis si considerado como única sustancia encontrada en los cuerpos analizados, aunque claramente hay intereses económicos que buscan su demonización.
Acuérdate: el potencial de adicción y de sobredosis del kratom son parecidos a los del café. El resto es propaganda, y de ciencia no tienen nada.
Kratom y café: ¿en qué se parecen?