¿El kratom como instrumento en la política de retirada de drogas?
Para esta corta discusión debemos establecer dos ejes centrales: en primer lugar, estudios científicos han confirmado que el kratom reduce los daños en la retirada de opioides, y de hecho abundan los relatos de personas que se han beneficiado de ello, evitando pasar por los fuertes efectos colaterales considerados insoportables por muchos debido a la abstinencia de sustancias pesadas derivadas del opio como la morfina, el fentanilo, el tramadol, la oxicodona, la heroína, etc. La abstinencia es atenuada por la presencia de determinados alcaloides en el kratom que interaccionan con receptores opioides del cerebro.
La abstinencia causada por los opioides es extremadamente fuerte. Si tomamos como ejemplo otras sustancias conocidas por causar dependencia, como el tabaco, el alcohol o el azúcar, podemos tener una base de comparación para decir que dejar una de ellas no es nada fácil para alguien que está habituado a su uso constante, así que proponemos pensar al respecto de los opioides, que provocan alteraciones aún más fuertes en el organismo humano. Los síntomas son muchos, y varían desde ataques de ansiedad a fiebre y espasmos.
En segundo lugar, cojamos Portugal. ¿Por qué? Porque pese a todas las limitaciones de su programa de drogas, fue el país que se atrevió a hacer un cambio radical en tal política, tras sufrir un aumento dramático de la criminalidad y las muertes por sobredosis durante la década de 1990. En 2001, Portugal descriminalizó el consumo de estupefacientes, lo que ha traído consigo reducciones del consumo de heroína y cocaína y bajada del VIH.
«Los efectos de retirada del kratom son menos severos que los de la metadona.»
Lo que marcó la diferencia del programa portugués fue el cambio de sensibilidad hacia los drogodependientes, al transferir un tema que era considerado criminal a la esfera de la salud. Al dejar de ser tratados como delincuentes, se aplicaron programas de atención, sustitución de heroína por metadona y se les incluyó en el sistema sanitario para atender sus enfermedades. La aproximación humanista tiene muchos méritos y ha ayudado a mucha gente, y debe buscar mejorar, pues no es el fin conclusivo y definitivo de toda la reforma que exige una política de drogas.
Entre 2016 y 2017, un programa de investigación en Malasia, dirigido por el doctor Singh, administró el kratom como sustituto para opioides como la metadona, utilizada en Portugal en la retirada de otros opiáceos ilícitos, y entre otras conclusiones, menciona que los efectos de retirada del kratom son menos severos que los de la metadona y que “los usuarios de kratom parecen ser capaces de hacerlo por cuenta propia”.
La discusión aquí propuesta no pretende defender el kratom como ingrediente de cócteles de drogas para la retirada de sustancias adictivas más pesadas. Proponemos, sí, investigaciones serias sobre las propiedades benéficas de la Mitragyna speciosa que podrían ayudar a miles de personas al facilitar la retirada sin necesitar el auxilio de otras sustancias derivadas del opio prácticamente tan fuertes y adictivas como la que propone sustituir, y con efectos colaterales no muy distintos.
El doctor Christopher McCurdy, que ha estudiado el kratom en la Universidad de Florida, corrobora el claro potencial que el kratom posee para tratar la retirada de opiáceos con pocos efectos colaterales, y menciona que la planta “probablemente es adictiva, pero su equivalente adictivo es algo como el café, lo que no sorprende ya que la hoja pertenece a la familia del café”.
Con su política de drogas considerada vanguardista en un mundo demasiado conservador, Portugal podría ser un buen laboratorio para algo que promete ser tan benéficamente revolucionario para la sociedad como un todo, pero aquí viene el shock de realidad: la política de drogas portuguesa, aunque más avanzada que la de otros países, aún ocurre dentro del marco legal del prohibicionismo imperativo en todo el mundo. Inclusive, el kratom fue incluido a la lista de sustancias controladas en el país luso sin cualquier estudio a su respecto. Si tantas personas afirman poder haber dejado la adicción a opiáceos gracias al kratom, sin tener que haber pasado por la metadona, por qué no escucharlas y darle una chance a la planta? Si no Portugal, que el próximo paso vanguardista sea dado por cualquier otro país, ¡pero que lo hagan!
Opioid addiction is devastating. Can kratom help?