Kratom y calentamiento global
En líneas generales, el calentamiento global es el incremento de la temperatura media del clima terrestre a largo plazo. El planeta Tierra ha pasado por ciclos de calentamiento y enfriamiento durante miles de años, pero de acuerdo con diversos estudios científicos, las actividades antrópicas (causadas por los seres humanos) han acelerado el calentamiento del planeta y sus consecuencias en el clima no encuentran precedentes históricos.
Durante el siglo XX y en el inicio del siglo XXI hemos visto la curva del calentamiento global acelerarse fuera de los patrones esperados, y es extremadamente probable que la responsabilidad sea predominantemente humana, especialmente debido a los gases de efecto invernadero que han acompañado la industrialización, la explotación de recursos naturales y las actividades agropecuarias de gran escala que responden a los intereses económicos de un mundo que ha visto su población cuadriplicarse desde el inicio del siglo XX.
Nuestra sociedad global hoy cuenta con casi 8 mil millones de individuos y el cambio climático promete afectar arduamente a una parte nada despreciable de estas personas. El escenario más probable, de acuerdo con estudios divulgados por la revista The Economist, si se mantiene el actual ritmo de acciones políticas para mitigar el inminente calentamiento global, es que en el año 2100 tengamos un planeta con la temperatura media 2,9°C más alta que sus niveles preindustriales, y esto significa el derretimiento total de la capa de hielo Ártico, la devastación de selvas tropicales como la Amazonia, el avance de la desertificación en algunas áreas junto a la intensificación de lluvias torrenciales en otras, la inundación de diversas ciudades con la subida del nivel del mar, el aumento de la inseguridad alimentaria, la extinción de miles de especies animales y vegetales, más allá de los efectos directos sobre la salud humana y tantas otras consecuencias.
«Nos queda la esperanza de que los que detienen el poder político y económico empiecen a actuar con seriedad con respecto al tema, pues hasta el momento ya han perdido tiempo precioso e irreversible debido a su avaricia.»
Con este panorama general de la situación uno puede preguntarse ¿qué tiene que ver el kratom con esto? La respuesta sería más bien que el cambio climático que estamos presenciando nos afectará a prácticamente todos y todo que conocemos. La gran mayoría de las plantaciones de kratom del planeta se encuentra en Indonesia, así que recordemos que por ahí empieza la tragedia: su capital, Yakarta, es la ciudad que sufre el proceso de hundimiento de terreno más rápido del mundo, y su pronóstico con el calentamiento global es asustador: Yakarta se encuentra al nivel del mar y podría ser la primera megaciudad de la historia de la civilización humana a anegarse en las aguas saladas de un océano.
Indonesia está cortada por la línea del Ecuador y su clima es bastante cálido y lluvioso, así como el de otras áreas a las cuales el kratom se adapta bien, pues esa planta necesita mucha agua y luz solar para su crecimiento. La subida de la temperatura global seguramente tendrá consecuencias en la distribución espacial de sus plantaciones, ya sea desplazándolas o, en el peor, caso aniquilándolas.
Ya nadie se encuentra a salvo de las consecuencias que nos trae el radical cambio de temperaturas que estamos presenciando. Las semanas pasadas hemos visto desastres naturales nada comunes como inundaciones torrenciales en Alemania, Bélgica y China, olas de calor extremas en diversas áreas del hemisferio norte, falta de agua en el Medio Oriente y norte de África y nieve en distintas ciudades del sur de Brasil. Todo está interconectado y es muy probable que cada vez veamos fenómenos más intensos. Nos queda la esperanza de que los que detienen el poder político y económico empiecen a actuar con seriedad con respecto al tema, pues hasta el momento ya han perdido tiempo precioso e irreversible debido a su avaricia.
Las consecuencias del calentamiento global prometen ser devastadoras.