¿Por qué se ha ilegalizado el kratom en Francia?
El 7 de enero de 2020, cogiendo a muchos de sorpresa, Francia ilegalizó el kratom. Sin que hubiese cualquier discusión abierta y seria al respecto, los usuarios de la planta en el país pasaron a ser criminalizados por comprar algo que les ayuda a tener su calidad de vida mejorada ante sus problemas de dolores y otras molestias. En lugar de discutir el tema y regular la sustancia considerando sus propiedades benéficas, el gobierno francés, conocido por implantar las políticas de drogas más severas de Europa occidental – hasta mismo con el cannabis hoy en día, mientras el resto de Europa avanza -, decidió saltar directo a la prohibición del kratom.
En el anuncio en su página web y en las redes sociales, la Agencia Nacional para la Seguridad de Medicamentos de Francia (ANSM) anunció que el kratom sería incluido en la lista de sustancias psicotrópicas, ofreciendo explicaciones simplistas para justificar su decisión, que parece más bien respaldada por titulares con noticias falsas que por pruebas científicas.
El kratom fue incluido en la lista de sustancias psicotrópicas tras casos alegados de intoxicación y muerte identificados entre 2007 y 2018. El artículo R5132-88 del código de salud pública francés prohíbe la posesión, la fabricación, la exportación, la importación, la oferta y el uso de cualquier sustancia incluida en la lista de sustancias psicotrópicas, en la que ahora se incluye el kratom.
«Las explicaciones de la prohibición del kratom en Francia parecen respaldadas por titulares con noticias falsas que por pruebas científicas.»
En informes anteriores, la misma agencia había destacado una veintena de casos de supuesta intoxicación relacionados con el kratom en el país. Exactamente como ocurre en los informes de las agencias estadounidenses, en la mayoría de los casos, los afectados consumían drogas fuertes y dañinas para el cuerpo, como codeína, morfina o heroína.
La ANSM alude a la agencia estadunidense de Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) y a sus recomendaciones sobre el kratom para explicar su decisión. Sin embargo, los informes de la FDA tampoco aportan pruebas científicas claras que justifiquen la prohibición del kratom. La FDA aclara que las muertes asociadas al kratom fueron el resultado de productos adulterados o de su consumo junto a otras sustancias: drogas ilegales, opioides, benzodiacepinas, alcohol, etc. Añaden que no se han encontrado pruebas que demuestren que el kratom haya causado sobredosis mortales.
El kratom claramente posee componentes benéficos para la salud y calidad de vida de sus usuarios. Si la planta se ha popularizado tanto entre personas que padecen de fuertes dolores y que estaban hartas de los pesados efectos secundarios de opioides, cuestionamos ¿por qué sería la prohibición el camino indicado, y no su control y regulación? La pregunta es retórica: la semana pasada mencionamos los intereses billonarios del lobby de la industria farmacéutica y sus rentables y populares opioides.
Se podría haber tomado alguna medida más honesta: los usuarios de kratom probablemente lo seguirán comprando de alguna forma. Francia podría haber garantizado que se exigiera controles de calidad a los vendedores de kratom, pero ha preferido tirarlo a la ilegalidad junto a sustancias que van desde la marihuana hasta la heroína, como si se tratara todo de lo mismo. Este diálogo podría estar en debate en Francia, pero la mentalidad conservadora de su clase política nos lleva hacia un camino sin mucha esperanza de apertura en los próximos años. Los traficantes de drogas y la industria de opioides agradecen.
¿Habrá una luz al final del túnel el política de drogas francesa?